21/12/2020

Encuentro de colosos

Hoy la astronomía y la astrología viven un acontecimiento singular que no se registraba desde hace siglos y que, del mismo modo, tardará varias décadas hasta que suceda de nuevo, según las asociaciones de astrónomos.

Al margen de que, como es habitual por esta fecha, tiene lugar el solsticio de invierno en el hemisferio norte y el de verano en el hemisferio sur, en esta ocasión se va a dar una conjunción de los planetas Júpiter y Saturno que será visible al anochecer siempre que no haya niebla o nubes que dificulten la observación.

Ambos planetas cuentan con ciertas características muy similares aunque no exactas, como su diámetro ecuatorial o el número de satélites. Y sin embargo, a su vez, se puede apreciar que sus glifos simbolizan opuestos: en Júpiter, el alma se encuentra por encima de la cruz de la materia (♃); en Saturno, esta misma cruz está por encima del creciente del alma (♄).

En este punto, no está de más adentrarse en conceptos de tipo simbólico para recordar que en la antigüedad se pensaba que Saturno era el planeta más lejano a la tierra, y por eso se identificó con la idea de los límites y del tiempo, frente a la expansión típica de Júpiter. Más concretamente, en la mitología griega se le asoció con Cronos, el titán que devoraba a sus hijos. De ahí en adelante, no han sido pocos los que han advertido un aparente culto a dicha entidad en cantidad de elementos de la cultura popular: hay innumerables detalles que revelan esta presunta filiación si se busca en obras artísticas o producciones de comunicación de masas, pero uno de los más destacables puede ser el símbolo del comunismo, que guarda un parecido razonable con el saturnal bajo la apariencia de una hoz y un martillo (☭).

Está por ver si esta reunión de iguales en la que uno de ellos parece cobrar tanta importancia para las élites desencadenará cambios trascendentes para la historia o no. Por ahora, solo queda mirar al cielo con humildad.

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